Monday, January 05, 2009

La Mariposa De Cristal





Cuando la trajeron era la quinta vez que acompañaba a mi padre al laboratorio. Al cumplir la mayoría de edad, los doce años, mi padre había comenzado a enseñarme mi oficio, como el abuelo hizo con el, como se hacia, como se había hecho toda la vida.
Antes era distinto, según contaba mi padre, historias que no me llegaba a creer, antes de la gran guerra, antes del cielo negro y de las ciudades burbujas, todo era muy diferente. Pero yo, que solo conocía esa vida y que tampoco conocía a nadie que hubiera visto otro cielo y otras ciudades, pensaba que mi padre me consideraba una niña que necesitaba de cuentos en los que creer, de sueños en los que soñar… aunque ya fuera mayor. Y en cierto modo era así, pero mis aspiraciones nublaron mi niñez, mataron mi inocencia, necesitaba ser mayor, aprender y ayudar a la gente. Y mí padre tenia que enseñarme como.
En el periodo de tiempo en el que comencé a trabajar en el modulo fue uno de los mas ajetreados que recuerdo. Los jefes de mi padre estaban asustados y entusiasmados a partes iguales, y sus superiores habían visitado ya, en las últimas horas, nuestro laboratorio en un par de ocasiones. Recuerdo que me impresiono ver gente tal alta, tan robusta. Vestida de un modo entre lo formal y lo militar… se decía que eran mitad maquinas, de tantos implantes bionicos que sus entrañas portaban.
Acababan de hacer un descubrimiento grandioso, la última unidad de una ultima especie. Un invertebrado alado, en la época antigua recibía el nombre coloquialmente de “Mariposa”, aunque nosotros, simplemente la llamamos 25584562258/7566/855--3659; Su número de jaula asignada.

En todo en el mundo, en los cuatro laboratorios restantes, las especies que se estudiaron, habían acabado por morir. El único animal vivo en el mundo, sería el nuestro. Me sentí privilegiada, al poder aprender junto al hombre que la investigaría, mi padre, mas aun cuando me anuncio que me dejaría ayudarlo en su estudio.
Días después, cuando era ya muy tarde, entrada la madrugada, di por finalizado el estudio de tejidos anatómico, químico y biológico. Fue ese momento, esa noche, cuando mi vida cambio por completo... para siempre.

- Hola… - escuche.

Al oír esa voz en la soledad del laboratorio, del edificio, me sobresalte y mire a todos lados. Aun me asuste mas cuando comprendí, cuando asegure, de donde procedía.

- Siento haberte asustado, no lo pretendía… - una voz ligera, suave, casi musical…

Pero la voz no procedía de algún ser humano… estaba sola, ¿era mi espécimen el que me hablaba?

- Creo que estoy demasiado estresada… o eso o me he quedado dormida – pensé en voz alta, sacudiendo la realidad.

- Esto es real…

- ¿Pero como es posible que…?

- Tantos siglos, tantos avances y tantas caídas, para volver a levantarse del mismo modo, hacia la misma dirección – permanecía quieta, solo un rápido aleteo, casi imperceptible, alteraba el silencio de su cuerpo – aun no habéis aprendido que la realidad es mucho mas sencilla, mucho mas fácil, que si os quitarais tantos aparatos mecánicos de delante, la veríais mirándoos a directamente al interior…

- Pero yo no soy un científico… aun – me sentía entupida, irracional, susurraba en voz baja, como esperando que nadie mas me oyera, que nadie me descubriera.

- Por eso tal vez tú me escuchas. Aun me escuchas. Los demás dejaron hace mucho de oír, de sentir…

- ¿Pero… que quieres?

- Quiero que me liberes, que me dejes salir.

- ¡Pero no puedo hacer eso! – grite, al segundo y me tape la boca, mientras miraba al rededor, volví a susurrar – No puedo dejarte salir de la jaula, eres un espécimen muy valioso, me metería en un lío… ¡no puedes revolotear por el laboratorio! eres la ultima “Mariposa” del planeta...

- Me llamo Amecxa

- ¿Tienes nombre…? - deletree

- Quiero salir fuera, pero no de la jaula, si no de este edificio, de la Ciudad Burbuja…

- ¿Pero eso es una locura? – grite - ¡morirás, hay un invierno nuclear hay fuera!

- Lo se – pronuncio decidida, seria – pero tu no lo entiendes, no eres la ultima, no estas cautiva. Pero estoy segura de que volare tan, tan alto, que podré ver el sol. Quiero volver a verlo, sentirlo, respirarlo.

- ¿As visto el astro?

- Si, hace milenios

- Pero ningún ser vive milenios...

- Nada de lo que el hombre que con certeza es del todo cierto. Su insensatez les cegó hacia las maravillas del cielo y de la tierra

- Lo siento, pero no puedo – sentencie con un punto de pena, que no alcance a entender – además me metería en un lío enorme…

- Los errores de la humanidad se pagaran dentro de poco, ya no quedan muchos humanos, el mundo se muere. Yo comparto vuestro destino. No quiero morir dentro de estas paredes, dentro de esta jaula. Tú no querrías morir igual..

- Pero eso no es cierto, el resto de ciudades burbuja…

- No existen.

- ¿Como? – me quedé paralizada, congelada. Aterrada

- Esta, tu ciudad, es la ultima…- sentencio

- Mientes – dije temblando – mi padre dice que cada día que pasa la humanidad se recupera de los desastres del pasado…

- No miento y tu padre, en cierto modo tampoco – me susurro como una madre al intentar sacar a su hijo de la niñez, del engaño – yo vengo de la ultima, la del norte, allí todos murieron de la misma forma, se apagaron en su rutina, mirando el cielo, deseando salir, sin ninguna esperanza… su mente era tan negra como el cielo que los cubría. quizás haya una mínima esperanza, pero es tan tarde ya...

- !No…! - intentaba engañarme, pensé, no podía ser cierto.

- Míralo tu misma, entra en los archivos, puedes hacerlo con la contraseña de tu padre, te la dio para que pudieras trabajar, pero es la misma para gestionar los estudios generales de previsión… tu padre los redacta.

El ordenador desacansaba junto a la jaula, rodeados por miles de papeles, con lo que hasta hace un momento estaba trabando. todos garabateados con la letra de mi padre. encendi el sensor zarandweando mi mano frente a el y en la mesa se proyectaron los botosnes ipersensobes al tacto. el ronroneo de la maquina ceso y esta desperto, alterada quizas por mi impertinencia a atas horas de la noche.
y busque. no sabiendo en cierto modo, si para ver la cruda realidad o poder acallar la musical voz de aquel pequeño y bello ser de alas negras moteadas en blanco.
unarchivo cifrado, una contraseña correcta y me tope que el informe semanal redactado por mi padre, que todos los viernes enviaba a los jefes, al parecer y como pude ver en el historial del mismo, hacia varios años que este no variaba.

Año 2.500
Informe de estado - previsión de supervivencia

Estado del clima: invierno nuclear de carácter global

Estado de fauna y flora: inexistentes. Tan solo sigue viva un único invertebrado.

Suministro de líquidos y víveres: inexistentes – supervivencia a base de alimentos sintéticos

Estado actual de la humanidad: únicamente se encuentra habitada la ciudad burbuja del sur, en el continente oeste.

Previsión de futuro a corto plazo: extinción total.

Causa de la muerte: rechazo a los implantes bionicos por la mayor parte de la humanidad - hambre, insuficiencia de alimentos y materias primas - agua insuficiente, contaminada - presencia de suicidios elevadas - imposible engendrar hijos - fallo en sistemas de ventilación y contención de la burbuja posiblemente por la contaminación.

Notas adjuntas: se percibe una causa de muerte adjunta al informe. individuos que simplemente dejan de querer vivir.


Mi mano se dirigí, sin yo pensarlo siquiera, pero en el fondo deseandolo, a la opción de cerrar y el informe se desvanecido. tan solo quedo visible en logotipo del gobierno cientifico-militar de Burbuja Sur.

- ¿Me crees ahora? - susurro revoloteando

- Si... pero es horrible - alcance a decir.

- Fue horrible antes, y a nadie le importo.

- Pero el fin, mi padre, todos los que viven aquí...

- ¿Comprendes mi deseo ahora?

- Si - dije sorbiendo mis lagrimas, aterrada. y no me estraño, ni sentí vergüenza. aun era una niña - y voy a alludarte.

Sin pensarlo si quiera una vez mas, coji la jaula y sali de la sala del laboratorio. esquive los pasillos en los que sabia que pocos o ningun guardia los transitaba nunca, y menos a esas horas de la noche.
Pero no cai en la cuenta, ya fuera por la rabia o por el miedo, o por la simple rapidez de que mi padre tambien le gustaba esquivar a los hombres armados cuando se diriguia hacia el trabajo y una cosa mas, tal vez mas peligrosa aun, que, ensimismada por la combersacion con Amecxa, hacia alguans horas que habia amenecido.

- ¿Que ocurre pequeña? me pregunto mi padre al verme tras una esquina, al fondo del pasillo - donde llevas al espécimen...

- !Por que no me lo contaste!

- ¿Contarte el que nena? - susurro mientras, paso a paso, se acercaba

- !Pues no hay nadie mas, que vamos a morir dentro de esta maldita burbuja

- No digas tonterías eso..

- !Las escaleras! - grito la mariposa

Mi padre, a unos pasos de distancia lanzo al suelo su café transgenico y se lanzo a por mi, pero no alcanzo a agarrarme de la pequeña bata que yo llevaba encima por que, junto a la jaula me escabullí por la puerta de emergencia y enfile las escaleras hacia arriba, mas y mas alto hasta la mismísima cumbre de cristal del techo de la Ciudad Burbuja.
Mi padre dio la alarma y soldados, jefazos y científicos me siguieron hasta allí, pero estaba decidida, mas que nunca en mi vida.

- Sueltala cariño - me dijo mi padre, alterado, despeinado y jadeando por la carrera - dejala en el suelo y no pasara nada

- !Apunten! - grito un militar y sus hombres le obedecieron.

- !No! - intervino uno de los altos cargos del laboratorio - !ni se les ocurra disparar si no lo ordeno yo!

- !Dime la verdad!

- Te mataran por mi - sentencio la mariposa - a tales remedios llega su absurda e insensata renovada preocupación

- Esta bien, esta bien... - acepto mi padre, tras asentir su jefe - no hay nadie mas, Burbuja Sur es la única, la ultima. y nuestro futuro seguirá el mimo patrón de las restantes ciudades.

Mis lagrimas se multiplicaron, mi pesar ya fue, desde ese día, eterno.. Pero no me hundí rápidamente introduje la jaula de Anexa en uno de los tubos de expulsión de residuos dejando mi mano a centímetros de la puerta de la jaula.

- !No seas loca, no lo hagas!

Pero la abrí. y la mariposa revoloteo y salió de su cárcel volando por el interior del conducto.

-!Fuego! - grito desesperado el jefe de mi padre, “dueño y señor” de esa mariposa.

Mi padre grito desesperado, llorando fuera de si y yo cerré los ojos, la muerte parecía o único seguro en esa vida... pero tal muerte no llego, ni los disparos que la traían tampoco.

- Lo siento señor - alzo la voz uno de los soldados, apuntando, no a mi, si no a las personas de mas alto rango allí presentes - pero antes de obedecer nos gustaría que nos explicase eso de que somos los últimos humanos en la tierra...

Mi padre me abrazo tan fuerte que casi me aplasta y lloramos juntos durante algunos minutos, luego, como llamados por un recuerdo, al unísono miramos al cielo, allí una mariposa aleteaba con fuerza, intentando que el hielo no detuviera su vuelo. ya casi era de cristal, pero atravesó las nubes y continuo mas y mas alto.

Los soldados la vieron, la ciudad entera la vio, hombre, mujeres, de todas la edades, de todas las razas y colores la vieron.

Un vuelo de cristal, cegador que reflejaba las luces que salían de la ciudad y que tras las nubes, reflejó la luz del gran astro, cumpliendo su sueño. Después estallo en miles de fragmentos de brillantes que llovieron del cielo.

70 años después.

Después de aquello el ejercito, junto al pueblo, sabiendo la verdad, su verdad, se revelaron. Nació un nuevo comercio, una nueva gestión tanto de recursos como de alimentos, todo ello, gestionado desde la verdad, no desde el engaño.

Y Ciudad Burbuja prospero. Yo continúe mi trabajo en el laboratorio junto a mi padre. jamas le conté, ni a el en su lecho de muerte, ni a nadie mas el por que de mi reacción, pero todo el que la conoció, supo que aquello cambio el camino, nuestro futuro. Trabajamos duro cambiando, frase por frase y poco a poco, cada renglón de aquel informe que hace muchos, muchos años ya leí en completo secreto.

De lo que mas orgullosa estoy de ese cambio, respecto a las palabras de mi padre, se llama Amecxa y es mi hija de treinta años.

Y todo gracias a una pequeña Mariposa que deseaba la libertad.

Ahora estoy fuera de Burbuja, sobre la nieve en medio de un gran vendaval, es la época de tormentas, tengo que recordarles que refuercen la parte norte de la estructura... estoy aquí junto a un cilindro de metal que contiene esta historia, la historia de la mariposa de cristal escrita como antes se contaban las grandes historias, escrita de mi puño y letra, en un papel especial para que todo lo que cuento perdure. Voy a enterrarlo en la nieve, dentro de un cajón de plomo. Creo que la Humanidad llegara a salvarse, lo creo con todo mi corazón, aunque, tal vez, no se lo merezca del todo.

No tengo aire en el respirador para volver, estoy a algunos quilómetros de la ciudad. Vine hasta aquí consciente de ello. Cuando acabe me arrodillare y mirare al cielo, esperando que las nubes se alejen durante unos segundos y pueda ver el Astro.
Deje todo atado en la ciudad, en medio de firmas, despedidas y lagrimas.

Si tienes este texto delante de ti y lo estas leyendo o escuchando, seas quien seas, por favor confía en mis palabras y sobre todo resguarda tu mundo, este alrededor tuyo o a miles de quilómetros, por que es tu mayor tesoro. Tu mayor legado.

Cuidalo como a un hijo, enseñare como su fuera tu alumno, y disfrutalo como si fuera tu mayor amor.

Soy Olga safvor, científica jefe de Ciudad Burbuja, es el año 2.570.
Adios

1 Comments:

Blogger julio antonio blasco said...

hola petardo....he estado cotorreando un ratin tu blog y me he quedado muerto...
te he visto en una foto con la Begoña MAQUILLADA!!..jejeje...te ha llegado el mail con lo de la cena?..... tu correo es rafa_p_m@hotamil.com?...
has entrado en mi blog?:
www.lalibreticadejulioblasco.blogspot.com

ya me dices...au

8:51 AM  

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