Sunday, May 25, 2008

Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal


Pocas veces en la vida tenemos la ocasión de disfrutar de ella, de vivir momentos que nunca se borraran de nuestras mentes, con familiares, amigos o viviendo situaciones personales que son únicas. Las recordamos con cariño y cuando nos reunimos con personas que estuvieron allí, vemos fotos, o escuchamos alguna canción o música que nos traslada a ese momento de nuevo, cerramos los ojos, sintiendo que el tiempo retrocede y ese momento vuelve tan fresco como el primer día. La persona que sea capazes de efectuar este ejercicio limpiamente y con total sinceridad y cariño hacia esos momentos, estará sin duda viviendo momentos inmortales.
Ahora me gustaría plasmar en este Diario-Blog uno de esos momentos en mi vida, el estreno de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal. Por circunstancias de la vida me encontraba en Málaga, pasando el fin de semana, y es allí donde fui al estreno.
Pero, mucho antes del día señalado, devore cada foto o noticia que iba surgiendo, analizando frame a frame el primer teaser o tráiler, luego los recordaba y situaba una vez tuve la oportunidad asistir a el primer visionado del film. A su vez en ese estreno, en esa fecha señalada en mi agenda o en mi calendario mental de eventos, estaba nervioso, ansioso, deseaba vivir con intensidad ese momento. Analizando cada secuencia mientras asimilaba nuevas, a la vez que intentaba descifrar porque derroteros me llevaría la acción, y por si todo esto fuera poco, mientras, alucinaba con la grandeza y facilidad con la que Spielberg mueve la cámara.
Cuando acabo, fuera cual fuera el resultado del film en su totalidad, por todos estos factores y muchos otros, no disfrute en su totalidad, y como debe hacerse, de un evento único.

Pero empecemos por el principio;

Me sudaban las manos.
Mi estomago no admitía ni coca cola ni palomitas, fieles acompañantes de tales eventos. Y es que la espera había sido muy, muy larga. La última cruzada la vi en un cine de verano, con 19 años menos e imaginaros la calidad del sonido, la imagen, etc.
Desde entonces, cada noticia, cada reseña, reportaje o declaración de Lucas, Spielberg o Ford, sobre una posible nueva película, que caía en mis manos, era devorada por mis ansias de sentir una aventura en estado puro en el cine, puesto que En Busca del Arca Perdida o El Templo Maldito, no llegue a verlas y sentirlas en una sala de cine, en condiciones.
Me he criado con Indiana Jones, y eso se advierte en la mayoría de historias que mi cabeza es capaz de crear. A Indiana abría que añadir la saga de La Guerra de las Galaxias, y series míticas como Dragón Ball o mucho más actuales como Expediente x
Por todo ello esperaba con especial ganas y nervios, la cuarta parte de Indiana Jones, mas aun cuando supe exactamente su fecha de estreno, 22 de mayo de 2008, una fecha que parecía muy, muy lejana, cuando por fin fue confirmada.

Con dos visionados, (y los que me quedan) estoy listo para sacar conclusiones.
La película no me ha defraudado. Y por supuesto Lucas y Spielberg tampoco.
Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal está enmarcada en otra época, un tiempo rodeado de otros miedos y temores. Indiana evoluciona, o mejor dicho, vemos con claridad el evidente paso del tiempo, en el personaje de Ford, tanto exteriormente como interiormente, y en todo lo que le rodea. Ya no es un chaval, ni tampoco un cuarentón metiéndose en líos acompañado de su padre, es un hombre maduro, rondando los setenta años y no se le pueden pedir ciertas cosas. Es evidente que Lucas, Spielberg y Ford se plantearon esto a la hora de decidir hacer una nueva entrega. Indiana tenía que reflejar el paso del tiempo coherentemente.

Indy se da cuenta de ello en su vida, de como todo está cambiando a su alrededor, afectando a su familia y amigos y la locura de la caza de brujas por parte del gobierno.
A lo largo de toda la acción que aparece en la película, indiana sigue repartiendo mamporros a diestro y siniestro, como siempre (además acompañados del típico sonido) pero la acción real, a parte de la secuencia del almacén del principio, recae en el joven Shia, elegido con total acierto para dicha función.
¿Un indiana doblado en las secuencias de acción, o en CGI, para que fuera el que recorre la selva por los aires o lucha espada en mano?, no señores, hubiera cantado por los cuatro costados, además de ser inverosímil, como digo, porque nos guste o no, Indy se ha hecho mayor.
Esto es lo que puede descolocar al espectador, al fan de la serie, que al ver la película, salga del cine con una sensación rara, extraña. En ese caso haría falta un segundo visionado, como yo hice, porque, con todo esto, con lo que contaba al principio sobre las ansias de ver una película tan esperada y con todas las diferencias a las que hago referencia, te das cuenta al volverla a verla, desde un punto de vista más tranquilo y con el mero propósito de disfrutarla de verdad, de que la magia está intacta. Atenuada, si, pero intacta.

Solo hay que ver a Indy y Marion discutir como en las míticas secuencias del arca, o la sensación que se revive al ver a indy saltar de un jeep a otro en la persecución de la selva, o en la serie de mamporros que intercambia con el ruso rodeado de hormigas, al más puro estilo de película antigua de aventuras.
Las típicas flipadas de las películas de indiana siguen estando en esta nueva entrega, no más irreal que lanzarse sobre una balsa hinchable de un avión o salvar un tramo de raíl roto de un salto montados sobre una vagoneta…
Esos momentos clásicos también tienen cabida en esta nueva entrega, el problema es que tenga que pasar tiempo para que lo sean, simplemente porque la tecnología y la forma de hacer cine es diferente y aporta al director mayor libertad a la hora de fliparse.
Me lo he pasado bomba viéndola, como un niño. Es una aventura trepidante, con los toques típicos de la serie y con el humor y la acción que lo caracterizan. Indiana Jones sigue vigente con los cambios evidentes que el tiempo requiere, pero en esencia es el.

Irina Spalko es el mejor malo de la serie. Su lealtad hacia su país y sus ansias de conquista y triunfo recuerdan mucho a la motivación de los nazis a la hora de buscar el arca o el grial. El resto de personajes están magníficos, sobre todo Ford, que se nota que se lo ha pasado a lo grande.
Jhon Williams hace un trabajo soberbio que no resalta sobre la acción, pero que la acompaña y la hace crecer. El tema de Irina o el de la persecución en la motocicleta son magníficos y es este último el que no se me fue de la cabeza durante días.

Respecto a la realización decir que hay planos que son realmente preciosos y cuidados al extremo. El toque de Spielberg moviendo la cámara, jugando con las sombras o planificando los planos convierte a esta película en algo más que una buena película de aventuras. Mezcla la imagen el sonido y la música de una manera magistral. Como siempre que pasa con este Señor, sus películas son, realmente y por encima de todo, clases de cómo hacer cine. La fotografía que consigue está acorde con las otras tres películas, parece que las hubieran hecho las tres una detrás de la otra. Con una sola secuencia, nada más comenzar la película nos sitúa en el contexto histórico; una típica carrera de coches y una no menos típica canción de la época. Nada más empezar, el segundo plano de la película, ya te deja cao.
Para mí la secuencia del almacén del principio es magistral y merece un lugar de honor en la lista de momentos estelares de la saga. No quiero desvelar mucho más del argumento, así que no contare mucho más, pero es que es una detrás de otra; la secuencia de la moto, la tumba del conquistador, cuando intentan sonsacarle información a Indy, (ver cómo juega Spielberg con la sombra su cabeza) la de la serpiente, la persecución de la selva, la secuencia de “caer tres veces”, la entrada al templo secreto, y sobre todo el final, (al que le hubiera faltado, para ser perfecto, algo más de información) solo diré que para mí es perfecto, porque Spielberg mezcla los dos clases de géneros de ficción que mas me gustan dándole un toque alucinante.
Y sobre epilogo, el detalle del sombrero es simplemente magistral, calla algunos rumores y abre otros tantos.

Viendo la película no te abures, no hay descanso, algo que no es poco teniendo en cuenta el tipo de películas que llegan al cine en estos tiempos, las películas como esta las vemos en la cartelera con cuentagotas.

Por supuesto a los que ya tenían una idea preconcebida de la película o son excesivamente críticos con la saga y el personaje y no admiten ningún cambio en ellos, no les gustara, no les gustara nada. La película es diferente y tiene muchos fallos, bastante más que las antiguas películas. Pero a la hora de decidir si realmente era necesaria una nueva entrega y después de las declaraciones de Spielberg, al afirmar que esta película era y es para los fans, yo, desde mi opinión personal, solo pudo darle las gracias. He podido disfrutar de indiana en todo su esplendor en una sala de cine. Y me lo he pasado en grande.
Como decía al principio, cada vez que la vuelva a ver el poster colgado en mi habitación, vea una y otra vez la película o escuche la banda sonora, ahora o mucho, mucho tiempo después, reviviré esas sensaciones, que son y serán únicas. Eso es el cine, el cine hecho de esta manera, con mayúsculas. El cine te hace sentir sensaciones únicas, esa es su finalidad principal.

Spielberg convierte todo lo que toca en éxito, pero hace algo más difícil, infinitamente más difícil e injustamente no reconocido. Lo que toca, lo convierte en nuestro interior, de alguna manera, en algo inmortal.

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