Tuesday, July 24, 2007

Bajo Mi Estrella



Me detuve en la oscuridad y el silencio. En una atmósfera rancia, de sonidos y ecos desconocidos, de temores y desconfianzas.
Estaba solo, y aunque ya hacia tiempo que me había acostumbrado a ser el único habitante de ese mundo en ruinas, aun, de vez en cuando, gritaba desesperado anhelando alguna respuesta.
Tan solo conseguía ahuyentar a los animales carroñeros que se me acercaban en busca de desperdicios.
El aire era denso e irrespirable, hacia tanto que no llovía que la tierra se agrietaba y se rompía, tanto como mi esperanza… hacia calor, tanto que hasta la vista se nublaba, tanto como mi corazón…

Todo era hastío y cansancio, noches en vela bajo la protección de un palo. No quería ser carroña, no quería ser un desperdicio….

De pronto volvieron, me atacaron de nuevo y todo comenzó a temblar. Cada vez sus ataques eran más constantes, cada vez sus ausencias más escasas…
Me apresure a agarrarme a un tronco, clavado en el suelo. Me envolvieron en una espiral de viento, bajo una sacudida de miles de gritos. Prepare mi resistencia, duraba solo unos minutos, después volvería mi rutina, mi vida en las sombras.
El ruido se izo más y más fuerte, por un momento me parecieron almas en pena, tan solas como yo. Gritaban como si de un dolor intenso se quejaran

Pero pensé en mi cansancio, en el frío, en las ausencias de mi consciencia, los días que se convirtieron hace mucho tiempo en simples horas y las horas en tiempo, tempo que un día se detuvo para siempre.
Apreté entre mis manos contra el tronco, loco de rabia, tanto que creí que se llegaría a quejar por la angustia a la que lo sometía, pero no fue así, el agua tan deseada y negada por el cielo, lo calmo. Mis lágrimas lo humedecieron de nuevo.

Y me solté, y me olvide a su voluntad. Quería un final.

Pero de pronto el final se detuvo. El ruido, los temblores, la niebla, e incomprensiblemente el miedo. Mire alrededor y no vi nada. Luego levante la vista hacia el cielo y vi dos truenos, seguidos, brillantes y mudos. Luces silenciosas que iluminaban mi mundo.
Todo estaba en silencio, tal vez expectante, tal vez aterrado.

Era un fuego blanco que surgió de entres las nubes, las atravesó y descendió hacia mi.
Tuve miedo e huí.
Atravesé los campos podridos, salte los escombros y entre en una fábrica destartalada, la que a veces me había acogido en las noches frías, esta vez me escondería entre sus rincones oscuros, entre sus abandonadas paredes.

Pero tropecé y caí.

Aquella luz incandescente me alcanzo, se poso sobre mí y se quedo quieta, tanto como lo estaba yo.
Espere, pero no hizo nada, y entonces ocurrió…
Fue como soñar con la infancia, un recuerdo tan olvidado que pensé que era nuevo.
Sentí su aliento, su calor. Era un ardor del que no podía apartarme, no quemaba, pero no me hubiera importado. Sentí un murmullo, una canción sin música y sin voces, era un zumbido lejano que se mezclo con mis latidos hasta ser uno solo.

Me quede como aletargado, como en otro mundo, uno muy lejano en el que ya no existía la soledad, ni el frío, ni ese paraje muerto que me envolvía. Por fin dormí y descanse y me sentí vivo.

Soñé con la luz y ella soñó con migo.
Me susurro sus secretos y yo le conté los míos, siempre en silencio, siempre callados.
Y ya nunca estuve solo. Y ya nunca tuve miedo.


"Dedicado a R - Por que estas todo el tiempo aqui"

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

This comment has been removed by a blog administrator.

3:52 PM  

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home